Ayuno Intermitente: Introducción
El Ayuno intermitente, cada vez está más de moda. Últimamente se escucha cada vez con más frecuencia la frase `estoy haciendo ayuno intermitente´, pero la mayoría de las veces no se tiene muy claro en qué consiste. ¿Qué es? ¿Cómo se hace? ¿Me encuentro en una situación adecuada para comenzar con ello? ¿Es saludable? ¿Cuáles son sus beneficios? ¿Sirve como dieta para adelgazar? Pues bien, en Método Evolution, basándonos siempre en la evidencia y el rigor científico, hemos encontrado la respuesta a todas estas preguntas. En este artículo te contaremos qué es el ayuno intermitente, cuáles son sus beneficios y cómo funciona nuestro organismo durante este periodo de tiempo, basando todas estas afirmaciones en los numerosos estudios que hemos revisado y que hay publicados hasta el momento.
¿Qué es el ayuno intermitente?
El ayuno intermitente es un modelo de alimentación basado en alternar periodos de ingesta de alimentos con periodos de ayuno, durante los cuales se lleva a cabo la restricción de la ingesta de alimentos sólidos y una parte de los líquidos. Debe quedar claro que el ayuno no es una moda, ni una `dieta´, si no una forma de alimentarse, por lo tanto es fundamental tener en cuenta que la alimentación que se lleve a cabo debe ser equilibrada, saludable y sostenible a largo plazo.
Hasta hace poco se pensaba que sólo influía la cantidad y la calidad de los alimentos ingeridos, sin embargo, se ha visto que también influye la frecuencia y el momento del día en el que los ingerimos; un concepto que tenemos muy en cuenta en los planes nutricionales de Método Evolution, el biorritmo y los ritmos circadianos metabólicos.
La mayoría de las personas suelen utilizar este método con el fin de perder peso, sin embargo puede proporcionar muchos otros beneficios, al menos eso parece que indican decenas de estudios.
Beneficios del ayuno intermitente
Durante el periodo de ayuno, nuestro cuerpo provoca primero respuestas celulares adaptativas y las células participan en diversos procesos que finalmente llevan no sólo a la pérdida de peso, sino al retraso del envejecimiento y a la resistencia hacia diversas enfermedades. Estos últimos beneficios debidos al ayuno intermitente están asociados a su vez a:
- La pérdida de peso, pues con ello también se producen mejoras en la regulación de la glucosa, la presión arterial, la sensibilidad a la insulina, la frecuencia cardíaca y la eficacia del entrenamiento de resistencia.
- Disminución de la enfermedad coronaria
- Mejora de la diabetes
- Reducción del colesterol
- Disminución de la inflamación
- Mejora del sueño reparador
Asimismo, nuestra salud mejora notablemente adaptando nuestra alimentación al reloj circadiano mediante el ayuno. Como resultado se producen numerosas mejoras hacia la sensibilidad a la insulina, la metabolización de la grasa corporal y el control de la presión arterial.
Todos estos efectos positivos se atribuyen al cambio metabólico mediante el cual después de unas 12 horas de ayuno, el organismo agota el glucógeno (azúcar) acumulado y comienza a metabolizar cetonas (compuestos elaborados por el hígado a partir de grasa).
Qué ocurre en tu cuerpo durante el periodo de ayuno
Durante los periodos de Ayuno Intermitente (ayuno-ingesta-ayuno) se activan determinados genes y vías de transmisión de señales que aumentan la resistencia de las neuronas. Así mismo, las células desarrollan resistencia al estrés (estado en el que la célula no presenta las condiciones óptimas de supervivencia) y reciclaje, eliminando a su vez las proteínas dañadas y las mitocondrias disfuncionales.
De esta forma el organismo minimiza los procesos de síntesis, crecimiento y reproducción, favoreciendo los sistemas de mantenimiento y reparación, mejorando a su vez la resistencia al estrés, reciclando células dañadas y promoviendo la supervivencia celular.
Además, se produce la inhibición de la síntesis de proteínas y la estimulación de la autofagia (proceso mediante el cual la célula descompone y destruye proteínas viejas, dañadas o anormales y otras sustancias). Igualmente, aumenta la proporción de energía (AMP a ATP) y se activa la enzima AMPK (sensor de energía celular que contribuye a regular el balance energético y la ingesta calórica).
Todo esto se lleva a cabo durante el periodo de ayuno, en el que se dan variaciones entre los sensores de energía que se producen (NAD+ a NADH, ATP a AMP y acetil CoA a CoA). Estos en consecuencia activan proteínas que regulan la función celular y la resistencia al estrés.
Durante el ayuno también predomina que se producen bajos niveles de aminoácidos, glucosa e insulina y se reprime la actividad de mTOR (proteína que ayuda a controlar varias funciones celulares).
Los cambios metabólicos que se producen entre los estados de ayuno e ingesta proporcionan las cetonas necesarias para alimentar a las células durante el periodo de ayuno; así como las respuestas sistémicas y celulares durante el periodo de alimentación para reforzar el rendimiento mental y físico. Todo esto conlleva una mejoría de la salud y resistencia a enfermedades, a través del Ayuno Intermitente diseñado por profesionales sanitarios. Tras la ingesta de alimentos, la glucosa (azúcar) se usa para obtener energía y la grasa se almacena en el tejido adiposo como triglicéridos. Durante los periodos de ayuno, los triglicéridos (principales constituyentes de la grasa corporal) se descomponen en ácidos grasos y glicerol, que se usan para obtener energía. El hígado convierte ácidos grasos a cuerpos cetónicos, compuestos químicos encargados de suministrar energía principalmente al cerebro.
Los niveles de cuerpos cetónicos comienzan a elevarse cuando transcurren de 8 a 12 horas del inicio del ayuno. La restricción de alimentos y por tanto de energía durante un periodo de 10 a 14 horas o más, da como resultado el agotamiento de las reservas de glucógeno hepático y la hidrolisis o rotura de triglicéridos para liberar ácidos grasos. Los AGL (ácidos grasos libres) liberados en la circulación se transportan a los hepatocitos, donde producen los cuerpos cetónicos, con importantes efectos sobre las funciones celulares. Regulan la expresión y la actividad de muchas proteínas y moléculas que se sabe que influyen en la salud y el envejecimiento. Al influir en las vías celulares principales, tienen importantes efectos sobre el metabolismo. También estimulan la expresión de diversos genes con implicaciones para la salud del cerebro y los trastornos psiquiátricos y neurodegenerativos.
Conclusión
Por tanto, el ayuno intermitente puede ser una estrategia eficaz tanto para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad como para aumentar la salud del individuo. En diversos estudios se ha demostrado que esta restricción energética intermitente es más efectiva que ningún tratamiento contra el sobrepeso y la obesidad.
A pesar de que la evidencia científica nos lleva hacia el camino del ayuno intermitente, aún hay muchas puertas por abrir en lo que se refiere a este tipo de ayuno y deben conocerse más estudios e investigaciones en profundidad a cerca del tema.
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